Sentado frente a la chimenea siento el calor del radiador que está situado a mi izquierda. La imagen no es nada bucólica, pero representa la vida que vivimos.
Frente a lo antiguo e inutilizable en una vida de inmediatez, el pragmatismo se impone y deja claro que lo importante es seguir, aunque dejes atrás aquello que algún día te dio calor y paz.
Las personas somos así, podemos dejar entre renglones nuestro pasado por un futuro que nos situé en un presente de éxito, olvidando que todo es efímero. Todo menos la historia, que se repite una y otra vez.